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Publicado el: 3 abril, 2017

CLINICAS NO PUEDEN CUMPLIR PROGRAMAS SOCIALES

Dr. Carlos Jaime M.

Directivo de la Sociedad Médica del CCSC


 

La Responsabilidad Social Empresarial, es un movimiento que nació en Europa hace muchos años, y, el cual,  estriba fundamentalmente en que las empresas  se deben a las comunidades donde trabajan, tomando en cuenta, que gracias a ellas reciben emolumentos y generan ganancias.

En este sentido, Carlos Jaime Martínez, directivo de la Sociedad Médica del Centro Clínico San Cristóbal y quien durante años, fue colaborador de estos programas de responsabilidad social empresarial en el CCSC, explicó que a través de estos programas cada empresa dependiendo del servicio o del insumo que produce, adopta un programa para beneficio de su comunidad.

De esta manera-agregó- que algunos bancos utilizan “becas” para estudiantes, otras  empresas financian actividades deportivas, las que trabajan en el área ambiental apoyan programas ecológicos y otras dirigen programas educativos a través de los medios de comunicación, ya que hay infinidad de maneras de cumplir con este programa.

“Es algo voluntario, no es impuesto, en nuestro caso, las empresas de salud también asumieron estos programas y, hay que decirlo con responsabilidad, el CCSC fue pionero en estas lides y durante varios años hicimos programas de atención médica y quirúrgica a ciertos segmentos  de la población”.

Destacó que, en el CCSC, se hizo una asociación estratégica con el Ambulatorio de Puente Real, se escogieron varios pacientes del Programa de Cirugía Ambulatoria y se operaron en la clínica. Asimismo, en tres ocasiones se integraron al Programa de Operación Sonrisa, beneficiando a muchos niños de escasos recursos económicos. También se realizaron programas internos  que favorecieron a  trabajadores de la clínica y a sus familiares.

Pero es característica fundamental de este programa, según los investigadores en la materia, que la empresa sea exitosa, ya que ésta no puede perder, “el aporte debe hacerlo con base en sus ganancias, porque si la empresa pierde, también pierde la comunidad”.

Refirió que, incluso con el programa de estimulo a la investigación, las empresas aportaban para ese programa gubernamental y el dinero iba a los centros de investigación. Las universidades se beneficiaron por 2 o 3 años, pero tristemente, el Gobierno cambió las reglas y ahora no se sabe a dónde va ese dinero, no hay transparencia en su manejo y  lo más grave, es que aún se sigue pagando”

No obstante, explicó que en estos momentos tan difíciles para el sector salud, amenazado por todos los reglamentos e imposiciones del Gobierno, especialmente en materia de costos y de cobro, además por los impuestos fiscales y parafiscales, las clínicas no están en condiciones económicas para cumplir estos programas.

“Tuvimos que cerrar todos los programas de responsabilidad social empresarial en el CCSC, ahora cuando más se necesita por la situación que afronta la salud en Venezuela. Tenemos una crisis humanitaria, así el Gobierno  lo niegue, es un completo eufemismo, es decir, pura mentira, disfrazada de verdad”.

Según dijo, se atendieron unos 600 pacientes con estos programas sociales y están ganados a retomarlos, pero, lamentablemente, no es posible por la situación tan grave de la salud en Venezuela, ninguna clínica o institución privada puede darse ese lujo en estos momentos.

Resaltó que, en otros países se desarrollan estos programas con mucho éxito, tal es el caso de Colombia, donde existe una asociación para vigilar, controlar y orientar la calidad de la asistencia en salud y  que clasifica los hospitales. Es una organización no gubernamental y subvencionada por el Gobierno y de 20 hospitales que clasificaron, 8 pertenecen al estado.

“La última jornada de Operación Sonrisa que se hizo en el CCSC, estuvo apoyada por la gobernación del Táchira, en ese momento en manos del Capitán Ronald Blanco y, su esposa, fue la representante gubernamental en esta actividad y hay que reconocer su gran apoyo y humildad”.