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Publicado el: 4 abril, 2017

DEBEMOS CUIDAR NUESTROS RIÑONES

Dr. Valentín Ramírez

nefrólogo del CCSC


 

 

Los riñones son órganos muy importantes del cuerpo humano, se encargan de eliminar los líquidos y los electrolitos de nuestro cuerpo y establecen un equilibrio hídrico y electrolítico, al retener lo que necesita el organismo y descartar lo que no sirve, por tanto, debemos cuidarlos para  prevenir la enfermedad renal y sus complicaciones.

En este sentido Valentín Ramírez, nefrólogo del Centro Clínico San Cristóbal, explicó que el problema del riñón, es que puede estar enfermo y no duele, “salvo que haya una infección aguda o un cálculo, la mayoría de enfermedades renales no producen ningún dolor”.

”El 80 % de las personas que se quejan de dolor en los riñones “no tiene nada en el riñón” y los que de verdad tienen enfermedad renal, no presentan dolor y  por tanto, no consultan”.

Según dijo, a medida que avanza la enfermedad aparecen signos indirectos que, pueden ser digestivos o anémicos y, es por estas razones que acuden a especialistas que luego de la evaluación clínica y de algunas pruebas, deciden referir al paciente con el nefrólogo para precisar la enfermedad, tratarla y controlarla.

En algunos países-agregó- como acción de control, en los certificados de salud que se hacen anualmente, se pide examen de orina, casi como prueba única, en vista de que en la orina se reflejan todas las alteraciones del cuerpo humano.

“Una hepatitis se diagnóstica por la orina, por el color característico que da la ictericia a la orina, la diabetes también en algunos casos se encuentra por medio de la orina, de allí, que se recomienda hacer un examen de orina y una creatinina plasmática (en sangre), como prueba de descarte de patología urinaria”.

No obstante, aclaró que un resultado normal en la orina, no siempre indica que no haya una alteración en los riñones, “si hay clínica y si se hace necesario, se indica el examen de orina repetido, se  mandan exámenes seriados y dependiendo del caso, se repiten”.

“Para prevenir la enfermedad renal, en líneas generales, si la “persona es normal”, no tiene ninguna patología, es recomendable, luego de los 40 años llevar una vida como si fuera hipertenso o diabético, es decir, no abusar de los dulces, ni del azúcar, ni de la sal”.

Según comentó, está comprobado que la ingesta de mucha sal, puede ayudar a aparecer la hipertensión arterial y, eso hace que se esfuerce el riñón en sus funciones y el azúcar, porque progresivamente está aumentando el número de diabéticos y, de hecho, las patologías más importantes que producen enfermedades crónicas, fuera de las propias del riñón, son la diabetes y la hipertensión arterial.

A la parte dietética, se unen otros factores como el cigarrillo, éste aumenta la arterioesclerosis en los vasos del organismo, favoreciendo la aparición de enfermedades renales y vasculares  y, si se acompaña de la enfermedad hipertensiva y diabética, aumentan los factores de riesgo que producen daño al riñón.

“También el sedentarismo, es un factor de riesgo, se recomienda que toda persona realice actividad física de rutina, lo más simple, es caminar de media a una hora diaria, 5 veces a la semana, se queman calorías, se baja el colesterol malo y se sube el colesterol bueno, se liberan endorfinas y se consigue una sensación de bienestar”.

Resaltó que las enfermedades propias del riñón son la glomerulonefritis, las infecciones urinarias crónicas y algunas enfermedades inmunológicas como el lupus, una enfermedad relativamente frecuente que no es originaria del riñón, es sistémica como la diabetes y la hipertensión y  también puede afectar al riñón.

Igualmente, subrayó que las enfermedades renales propias no son muy frecuentes y afortunadamente, las estadísticas son bajas y, por lo general, el paciente está controlado en su enfermedad.

Finalmente, recomendó hacerse un examen de orina y una creatinina plasmática cada año, no abusar del azúcar, ni de la sal, evitar el sedentarismo y tomar suficiente cantidad de agua, sin exageración. Se estima que se debe tomar entre 1 1/2 o 2 litros diarios.