Dr. Carlos G. Jaime M.:
En Venezuela se habla constantemente que estamos en crisis, pero como sucede siempre en este país, se formulan conceptos sin estar seguros de su definición, y por ello me propongo a tratar el tema brevemente contribuyendo al acervo cultural de nuestra población.
La palabra crisis denota que existe una situación irregular que pone en riesgo a una persona, institución, empresa, o población. Ahora bien; se habla de una crisis humanitaria compleja, y este concepto se refiere a una situación que pone en riesgo a una población, por la combinación de varias causas, como inestabilidad política, inestabilidad económica, situación de ingobernabilidad y subsecuentemente violencia, desigualdad social, e incremento de la pobreza.
Indudablemente en la actualidad, a pesar que la propaganda oficial lo niegue, estamos en una crisis humanitaria compleja, que cada día se acrecienta más y más, lo que conlleva la connotación de un conflicto violento social, que se presume estamos en peligro de iniciar, y a su inicio se sabe cuándo y cómo comienza, pero no se puede presumir cuánto durará y como habrá de terminar.
Ejemplos hay de sobra en la historia de otros pueblos en donde algunos se han resuelto más o menos satisfactoriamente, pero siempre quedan las cicatrices, y ejemplo de ello fue la guerra civil española cuyo final fue el 1 de abril de 1939, y hoy por hoy todavía duelen sus cicatrices. Otro ejemplo reciente es la crisis de Siria que se inició en el 15 de marzo del 2011, y actualmente no se ha resuelto.
Indudablemente nuestra crisis obedece a varios factores en donde confluyen populismo, incapacidad gerencial, anomia gubernamental, e influencia del narcotráfico, aunado a terrorismo vecino e internacional, que nos ha llevado a una situación lamentable que no tiene precedentes y cuyo resultado está a la vista, y como decía el nacido en Sabaneta, “el que tenga ojos que vea”.
Ahora bien; ¿Cómo hemos llegado a esto y a pesar de todos los pronósticos no se ha desatado un movimiento social? Pregunta que todo el mundo se hace y muy pocos han desarrollado la explicación de este fenómeno. Para ello hay una teoría desarrollada por un escritor norteamericano llamado Peter Senge, que en su libro “La Quinta disciplina, describe “La Parábola de la rana hervida”. Si Ud. lanza una rana a una olla de agua hirviendo, el batracio dará un salto de tal naturaleza, que apenas tocará el borde del recipiente y pasará por encima del mismo. Pero si Ud. coloca una rana en una olla de agua a temperatura ambiente, el animal nadará tranquilo, pero si va incrementando muy lentamente la temperatura, el animal no se dará cuenta de ello hasta que llegue al punto de calentamiento de hervor, y quedará hervida. Esta es la aplicación del estatus psicológico de nuestra sociedad venezolana, que le ha permitido al régimen ir socavando la resistencia popular, “acostumbrándolo poco a poco” a las violaciones de los derechos humanos; pero cómo siempre hay un pero, se les olvida que “tanto va el cántaro al agua hasta que por fin se rompe”, y es posible que en algún momento dado, que barrunto está más cerca de lo que creemos, por alguna causa aparentemente nimia, se desatará la cólera popular, que se llevará por delante los opresores.
Ese día como dice el refrán popular:” Que dios nos coja confesados”.