El 5 de julio de 1811 se firmó en Caracas el acta de la independencia por los representantes de las provincias de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo; siendo la primera colonia de américa que lograba emanciparse de la corona española.
Desde entonces mucha agua ha corrido bajo los puentes, pasando por el período de la guerra de independencia con los acontecimientos que marcaron el final del período de la misma, así como lo acaecido después de las muertes de Sucre, Bolívar, la separación con Colombia y, finalmente con la nueva constitución de 1830.
En 1821 José Antonio Páez se yergue como presidente aupando con su ejemplo el caudillismo regional, y las rivalidades entre estos desatan la guerra federal entre 1859 y 1863 quedando el país más arruinado de lo que venía de la independencia.
Continuaron los conflictos y aparece Guzmán Blanco (1870-1877) con su francofilia, comenzando a modernizar el país transformando las ciudades del centro y mejorando carreteras, logrando algunas mejoras sociales como educación primaria gratuita, unificación de la moneda, pero centralizando el poder político.
Posteriormente se repite un periodo de inestabilidad política que propició la “Invasión de los 60” que llevo al poder a Cipriano Castro gracias al apoyo económico del café iniciando el período del poder andino, y gracias a su compadre Juan Vicente Gómez se acaba con el funesto caudillismo regional en Venezuela.
Este país siempre tuvo una economía agro-pecuaria con una población eminentemente rural y empobrecida, azotada por endemias como la malaria, por ejemplo. Fue entonces cuando se descubre el petróleo y los americanos se instalan en nuestro territorio trayendo consigo tecnología, e iniciando una transformación socioeconómica y migración del campo a la ciudad.
Se inicia la era democrática a la muerte de Gómez por un corto período, hasta que aparece Pérez Jiménez retornando la dictadura, pero con un gobierno caracterizado por un marcado progreso económico y social, dando impulso a obras públicas de envergadura gracias nuevamente al petróleo, y La era democrática se inicia con Rómulo Betancourt y avanza en mejoras sociales y educativas dándole impulso a las universidades.
Es la era de nacionalización del petróleo y desarrollo de nuestra industria nacional, pero lamentablemente se prefirió el “Know How” y el “Hand Key”; y aunque se desarrolló la investigación en nuestras casas de estudios superiores, no hubo entendimiento entre la industria y la investigación, pese a movimientos como “Hecho en Venezuela” y “Compre venezolano”.
Es ahora con este régimen al que verdaderamente no encuentro calificativos para esa política de “tierra arrasada” demostrada palmariamente, porque si no fuimos una república independiente en toda la extensión de la palabra, es peor ahora con las limitaciones que padecemos, consecuencia agravada de la dependencia que desgraciadamente tenemos del extranjero, y que veníamos arrastrando pero que no notábamos antes porque el petróleo daba para traer bienes de otros países, que por cierto extraían materia prima devolviéndola con fuerte valor agregado.
Es por ello que hice la pregunta inicial. ¿Verdaderamente hemos sido independientes plenamente? La respuesta es no, porque independencia es ser autosuficientes, pero si no aprendemos de la actual situación al terminar esta pesadilla, los nuevos líderes que tienen el deber de reconstruir el país lo habrán de hacer impulsando la investigación, y estimulando la conformación de asociaciones estratégicas entre nuestros centros de investigación y la industria nacional y local, porque de no hacerlo, nunca podremos alcanzar la real y verdadera independencia.
Carlos G. Jaime M
SC 7-7-19.