Los jarrones chinos son recipientes en forma de vaso, copa o jarra, independientemente del material del que han sido fabricados siendo por lo general de naturaleza ornamental, por lo que han dado lugar a una frase que expresa “sensación de inutilidad delimitando un espacio vital”. Algo así como valiosos elementos ornamentales que están ahí teniendo mucho valor relativo, pero ninguna utilidad práctica. Por supuesto que la expresión tiene connotaciones irónicas y/o sarcásticas, por lo que, y si a Ud. lo comparan con un jarrón chino, es porque lo consideran arrinconado en cuerpo presente como objeto de adorno con cierto aprecio, pero sin utilidad
Esa es la sensación que en Venezuela tenemos los jubilados cuando nos llega la misiva que hemos sido “premiados con la jubilación”, dándonos las gracias por la labor que hemos realizado a lo largo de 25, 30 años o más, asignándonos una magra compensación económica que representa el 60 % del escuálido sueldo que recibíamos regularmente, y para colmo esperando unas prestaciones que, especialmente en el MPSAS, llegan con sumo retraso volviéndose sal y agua por los efectos de la hiperinflación que nos acosa.
En estos momentos el país está viviendo una crisis humanitaria compleja causada por las actuaciones de una Kakistocracia conformada por la asociación de varios grupos delincuenciales, por lo que la situación no puede verse como un problema político exclusivamente, si no que va más allá de lo meramente combate ideológico; ya que la solución de dicha crisis pasa por un cambio radical de gobierno, puesto que el pueblo están mostrando una mansedumbre por cierto criticada por muchos, pero “me late” que la paciencia de la población va a llegar al límite, y ello puede hacer factible un estallido social cuyas consecuencias no quiero atisbar.
Cuando se produzca el anhelado cambio gubernamental, el trabajo de reconstrucción nacional va a ser un proceso difícil y prolongado, que no podremos arreglar en corto tiempo después de 20 años de destrucción del estamento institucional, y para ello va a ser necesario instrumentar medidas heroicas y con bastante sacrificio por un período prolongado, que va a requerir mucha creatividad incluyendo medidas poco ortodoxas.
Es por ello que me atrevo a sugerir que las nuevas autoridades gubernamentales, echen mano de esa valiosa experiencia que tienen sus jubilados, especialmente en aquellas áreas gerenciales, técnicas y educativas, que requieren sólida preparación académica.
Ya algunas de nuestras casas de estudio superior han establecido la figura del “jubilado activo”, recontratándolo a tiempo parcial con una justa y adecuada compensación económica, aprovechando esta vasta experiencia docente y de investigación en pro de las nuevas generaciones de relevo. Sugiero a quienes tendrán la responsabilidad de reconstruir el país, tener en cuenta esta modesta idea no solo para las casas de estudio, sino también para los ministerios y empresas de servicios dependientes del estado, así como también los servicios de salud depauperados por la diáspora.
Dr. Carlos G. Jaime M.