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Publicado el: 2 enero, 2020

QUIEN SOLO SABE MEDICINA…

José Letamendi fue un catedrático español de anatomía y patología general, quien acuño la frase:” Quien solo sabe medicina, ni tan siquiera medicina sabe”, aludiendo que la medicina no es solo ciencia, sino que por su material de trabajo ha de tener una fuerte carga de humanismo, lo que, expresado en palabras de nuestro maestro de la pediatría, Dr. Alberto Serrano Galaviz, la medicina debe ser “Ciencia, amor y arte”.

Se supone que un profesional de la medicina por el material de trabajo que maneja, debe ser un científico permanentemente actualizado con un acendrado sentido de humanismo, que significa valorar al paciente en su condición humana, lo que indiscutiblemente implica solidaridad, generosidad, compasión y tolerancia; y de esta forma pudiésemos hacer un paralelismo sobre la medicina basada en la evidencia pero sin desprenderle de las cualidades amor y arte, tratando de romper la malhadada dependencia de algunos colegas que basan su quehacer diario en la tecnología, deshumanizando el trato con el enfermo  y su entorno familiar.

La palabra clínica proviene del término griego (Klinikos= atención de los pacientes en la cama) aportado por Hipócrates, basado en la escucha de lo que refiere el paciente (Interrogatorio), cuidadosa y acuciosa observación de los signos (examen físico), traducido en el resultado de una buena historia clínica, la que nos orienta casi en un 90% el diagnóstico. Por supuesto que debe ser complementada con la paraclínica (Exámenes de laboratorio, imagenología etc., que van a reforzar los criterios diagnósticos que habíamos avizorado, o descarte de algunos.

Soy un médico con algunos años de experiencia teniendo la fortuna de haber vivido la medicina de antes y la de ahora, donde los adelantos tecnológicos son verdaderamente impresionantes, pero me aterra el retroceso que estamos experimentando por las políticas gubernamentales que por incompetencia, oligofrenia ideológica o perversa intención, han provocado un deterioro criminal de la salud a todos los niveles, y para completar el desolador cuadro que estamos viviendo, formando presuntos “médicos exprés”  con ínfimo nivel de conocimientos  y prepotencia, haciéndome  recordar una frase que les decía a mis estudiantes de medicina: “La soberbia está en razón directamente proporcional a la ignorancia”.

Recordando nuevamente a Letamendi la formación técnica y humanística de un médico debe ser alimentada por la consulta de los textos básicos, adicionada por la lectura constante de las publicaciones científicas, hoy en día facilitada por Internet, sin descuidar la lectura de los clásicos literarios y otras disciplinas, lo que nos dará una madurez intelectual que nos permitirá un trato cálido a nuestros pacientes. Como dice Daniel Goleman “El contacto de la mano del médico con la piel de su paciente, es más efectivo que cualquier medicamento”. El colofón de todo lo anterior, es seguir el consejo de nuestros maestros, que puede ser sintetizado con la vieja frase:” Trata a tus pacientes como quisiera que te traten a ti”.

Dr. Carlos G. Jaime M.